sábado, noviembre 23, 2013

Prófugo.

Prófugo del monasterio, me manda un mail. Esta preocupado y pide le cuente que pasa... Estaba a punto de hacerlo pero, no tiene sentido. No puede hacer nada.

Y a mi se me desbordan estas ganas de decirle todo y más. Es una mezcla de cosas laborales con todo lo emocional que puedo estar. Quiero decirle que lo extraño como loca, que cada día me acuerdo de él por los menos 24 veces, que lo defiendo y reniego, que le sonrió en la distancia. Que aquí todo es un cagadero sin fin y que eso es lo que nos tiene asustadas, que estamos trabajando 11 o 12 horas diarias y que luego parece que no hacemos nada, que tenía razón "estoy tronando" y que sólo quiero llegue diciembre y la lana y escapar a la playa en año nuevo. 
Dice él que estas tres semanas sin comunicación han parecido meses y a mi me sonríe el corazón y me lloran los ojos. A mi me pareció otro año.

No sé que hacer, si responder o no. Pienso no lo haré. 

No hay comentarios.: