Nany me preguntó, ¿quién seria el afortunado que me convenció de querer quedarme en el DF? Yo respondí fuerte y segura:
-No hace falta ningún hombre para que yo me quede aquí, solo necesito un poco de valor y un trabajo acá.
Y es verdad.
Lo cierto es que con el cambio de décadas me hago fuerte y valerosa. Así fue a los 10, a los 20 y ahora en los recientes 30. Yo lo tenia confundido con energía de veinteañera, pero lo cierto es que también a los 10 fue así, a su escala y con su intensidad extraña.
Será que ellas tienen razón y terminare por irme a "la ciudad" . Estoy más confundida que una papa y no se como sentirme al respecto. He vuelto a sentir cosas y a tener primeras veces.
Qué nunca más me llegue la seriedad y la formalidad de los 25. O algo.