El problema es que entre mas tecnología mas impacintes nos volvemos, recuerdo lo que implicaba escribir una carta y enviarla al DF, y lo más lindo, regresar a casa y ver en el buzón de la caseta esperando ver si había algo para mi, claro semanas después de mi envió. Ahora mando in Mail y pasan los siguiente 20 min ya estoy checando mi correo y otros 20 y otra vez y así durante el resto del día si es que no recibo respuesta antes, y me pregunto ¿ Que paso con aquella espera maravillosa? ¿Y la desesperación inundada de sonrisas por abrir un sobre? Ahora me da tremendo enojo si la conexión no es mas rápida de 1 mb... 

¡Nada! que ahora estamos muy actualizados y muy poco pacientes siendo esta una de las virtudes mas apreciadas y mas escasas. 
Yo trabajo con ella a diario pues mi labor la requiere y suelo ser buena en eso, en ser paciente y me lo han reconocido y ahora que me sorprendo a mi misma en la locura de recibir una respuesta inmediata de algo que no se si tiene respuesta me doy cuenta que ni soy tan paciente como ellos creen ni tanto como yo esperaba.